25.9.10

Buenas noches y dulces sueños.

Se metió en la cama y se tapó todo lo que pudo. Estaba helada. Abrazó a la almohada con la intención de conciliar el sueño si mantenía un poco el calor… pero estaba realmente cansada, y calló dormida a los pocos segundos.

Dulces sueños cuidaron de ella aquella noche…

Él, sentado en un sillón la rodeaba con sus brazos completamente para que dejara de temblar por culpa de aquel frio que se calaba hasta los huesos. Ella con la cabeza echada en su hombro, hablaba, contando historias de una vida pasada…

Cada pocos minutos se miraban, para reírse de cualquier anécdota que lo mereciese. Eran risas cómplices de esas que muchos quieren tener.

Cuando sus miradas se cruzaban, el podía pasear por cada rincón de su corazón, incluso palpar cada sentimiento, cada sensación… le acarició la mejilla, y volvió a rodearla con los brazos, de manera que apenas unos centímetros la separaban de ella…

Pero un ruido fuerte y seco, hizo que abriera los ojos. Odiaba despertarse cuando tenía sueños así de dulces… porque eran eso, solo sueños. Y con intención de seguir soñando, volvió a cerrar los ojos.

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