11.12.10

Antes.

«¡Vamos! ¡De nada sirve llorar de esta manera!», se dijo Alicia a sí misma, con bastante firmeza.
«¡Te aconsejo que dejes de llorar ahora mismo!» Alicia se daba por lo general muy buenos consejos a sí misma (aunque rara vez los seguía), y algunas veces se reñía con tanta dureza que se le saltaban las lágrimas.
En seguida se dio cuenta que se encontraba en el mar de lagrimas que ella misma habia llorado cuando tenia nueve pies de altura.
-¡Ojala que no hubiese llorado tanto! -se dijo Alicia, mientras nadaba de un lado a otro intentando encontrar una salida-. ¡Ahora sere castigada ahogandome en mis propias lagrimas! Sera una cosa verdaderamente extraña. De todas maneras, creo que todo es extraño hoy en dia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Regalame una Piruleta.