21.1.11

Dream.

Cuando entré en casa un olor como a canela me dio la bienvenida. Había tenido un día de esos, que no animan a nada. Y aquella sensación al menos me hizo sonreír. Me quité la bufanda y la dejé donde siempre, encima de la parte de arriba del sofá. Y colgué mi chaquetón en aquel precioso perchero que ambos habíamos elegido. Antes de abrir la puerta de mi habitación, me quedé unos segundos imaginándolo a el, leyendo cualquier libro tumbado en la cama con alguna de esas velas con olor a canela, que tanto me gustaban. Tenía infinitas ganas de perderme en uno de sus abrazos y regalarle uno de mis mejores besos. Abrí la puerta y una tenue luz, conseguida a base de muchas velas colocadas aleatoriamente por la habitación, iluminaba una mesita baja a los pies de la cama; Dos platos. Seis cubiertos. Dos copas. Una rosa amarilla. En el suelo dos cojines de colores vivos, lentejuelas piedrecitas y retazos de otras telas igualmente preciosas. Justamente al lado, una cubitera con una botella de champagne. Sonreí. Estaba completamente enamorada de el. Nunca me gustaron las sorpresas, ni los detalles, ni nada que implicase que yo no supiera que iba a pasar después. Pero la incertidumbre con el, era bonita. Me ilusionaba. Me hacía feliz. Me giré para entrar en el cuarto de aseo que teníamos dentro de la habitación.Pensando que estaría dándose un baño. El nunca supo organizar bien su tiempo y de una manera u otra siempre terminaba duchándose a prisa y corriendo porque llegaba tarde. Pero eso también le gustaba de el. Era así. Y así lo quería. Para mi sorpresa tampoco estaba en el baño. Pero había dejado una nota en una mesita que yo misma me había encargado de decorar con mis pinceles. "Tardo 5 minutos.De verdad. Te he preparado un baño con sales de chocolate y canela. He dejado el agua preparada para que cuando tu llegases tuviese la temperatura perfecta. (o al menos, lo he intentado.) Relájate cariño. Que ahora vuelvo para estar contigo." Solté el trocito de cartulina salmón donde estaba. Y volví a sonreír. No es que fuera extremadamente detallista, pero cuando lo era, sus detalles superaban cualquier sueño que pudiese tener. Comencé a desnudarme dejando que mi vestido resbalase por mi cuerpo para caer al suelo. Metí un píe. Después el otro. Perfecta. Aunque más perfecto era el.-Pensé. Me acomodé en la bañera, y sin darme cuenta. Me quedé dormida. Unos labios suaves me despertaron de aquel sueño que apenas me había dado tiempo de disfrutar. Abrí los ojos muy despacio y los achiné un poco a modo de encuadrar la vista. Y allí estaba el, encima mía. Mirándome con desmesurada ternura.Te quiero-. Fue un acierto esto de elegir una bañera más grande ¿verdad?. Me acarició el pelo mojado y de la forma más dulce que jamás me han hablado me dijo: Un acierto fue besarte por primera vez en esa playa, un acierto fue hacerte el amor en mi cama, un acierto fue decidir que quería vivir contigo, un acierto fue comprar esta casa y decorarla juntos, un acierto... y el mejor de todos, fue enamorarme de ti. Solo el sabía dejarme sin aliento. Tienes una sorpresa en la habitación,¿No tienes curiosidad? Me sacó del baño. Me secó despacio. Me desenredó el pelo,y me acercó mi albornoz y mis zapatillas. Te quiero amor. Y yo a ti, pequeña. Cuando salí del baño fui directamente para ver que había en aquella mesilla baja. Mi comida favorita. Me había preparado mi comida favorita. Con mi postre favorito. Aquel plato con fresas rociado con chocolate y leche condensada le estaba cortando la respiración, así que levanté la mirada para incitarle a que se sentará rápido con ella a disfrutar de aquel placer. Fue entonces cuando vi aquel enorme ramo de rosas rojas. Mi cara cambió completamente. Una de mis perdiciones eran las flores y el lo sabía, por eso tenía encima de mi cama aquel precioso ramo. Fui corriendo a cogerlo para olerlas y acariciarlas. Me encantaba acariciar las rosas. Tenían una nota. Y volví a sonreír. "Amor, hoy me levanté más enamorado de ti que nunca, sin ninguna razón especial, solo sonreí y fui feliz al verte dormida y acurrucada a mi lado cuando abrí los ojos, y me enamoraste aún más cuando las primeras palabras que salieron de tu boca fueron, "he soñado contigo, me gusta no separarme de ti ni en sueños, buenos días amor" y volviste a enamorarme aún más cuando saliste de casa recordándome que era viernes, y que te gustaban los fines de semana a mi lado. Me enamora pensar en ti mientras no estás conmigo, esperando que al menos te acuerdes de mi tanto como yo de ti. Me enamora esta vida que llevamos. Y mucho más me enamora saber que no pienso separarme de ti" Te miré intentando averiguar que se suponía que tenía que decir yo ahora después de haber leído una de las cosas más bonitas que me habían dicho jamás. Entonces hiciste un gesto para que le diera la vuelta al papel. "Tienes una A esperando a que terminemos de cenar. No lo olvides. Te quiero." te mire. Y me guiñaste un ojo mientras me sonreías de manera picara, y me mirabas con esa cara que tu y yo sabemos que pones cuando... quieres hacerme el amor. Eras así. Y así estaba enamorada de ti.

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