17.1.11

Black

Hay veces, sinceramente, que creo no conocerle. Siempre he dicho, que le conocía, tan sumamente bien, que sería capaz de saber cómo reaccionaría ante cualquier situación. Sin embargo, últimamente, es como si me lo hubieran cambiado. O quizás, siempre ha sido así, y conmigo, tenía una forma de ser completamente diferente. El caso, es que para mi, el tiene una personalidad bastante bonita, de esas que contagian buenas vibraciones. Siempre ha sido una persona alegre, con una sonrisa de esas que quieres guardar en tu corazón toda la vida. Le considero una persona sincera, pero tiene ciertas dificultades para expresar ciertas cosas, no porque no quiera contarlas, si no, porque no sabe cómo hacerlo. Quizás por eso, a veces parece ser una persona reservada, de esas que son difíciles de conocer, porque se quedan para ellos mismos todo lo que guardan en su interior. Sin embargo, solo hay que saber darle esa confianza que necesita para sentirse tan sumamente cómodo, como para hablar de ciertas cosas, que solo su corazón conoce.
Todos creen que tiene una autoestima envidiable, pero no es más que un fuerte caparazón, que lleva salvándole la vida desde que comenzó a ser algo más que un chico que juega al fútbol en el patio del cole. Por eso, y aunque el no lo diga, agradece que le digan palabras bonitas hacia su persona.
Es tan excesivamente cariñoso y empalagoso, que podríamos compararle con el dulce de leche. Le encantan los abrazos los besos, y el cariño en general. Y si se lo das durante largo rato, podría quedarse dormido disfrutando de esas caricias que tanto le gustan. Es una persona tierna y sensible, por eso disfruta de los más pequeños. De esas sonrisas inocentes. En las que el ve mucho más que una sonrisa.
Con 21 años que va a cumplir aún es un niño. Un niño que padece de antojos más que una mismísima embarazada. Es difícil, ir acompañándole por la calle y que no ponga ojos de gato ante cualquier cosa que le llame la atención. Ésta, terminara en sus manos tarde o temprano.
Es la indecisión hecha persona. Necesita pedir consejo siempre, antes de tomar una decisión, por muy tonta que sea esta. Y no es que no confié en sí mismo, simplemente es que el es así. Necesita un empujoncito para llevar a cabo ciertas cosas.

Es una persona más bien de escuchar. Te escucha te mira y te comprende. Y te da su consejo cuando lo ve necesario. Pero no le exijas que lleve el la responsabilidad de una conversación, porque probablemente disfrutéis del silencio más bonito del mundo.

Le define también la tranquilidad. Piensa que las cosas hay que tomárselas con calma. Que vivir con prisas no es sano. Pero, lo lleva tanto al límite, que a veces puedes llegar a pensar, que no tiene sangre en las venas. Ahora, no te asustes si de repente empieza a actuar más rápido de lo normal, y menos, si cuando le miras, tiene una sonrisa enorme en la cara, entonces, es que, algo le ha motivado, le ha tocado el corazón, o le ha hecho sentir una felicidad de esas pasajeras que te llenan de vida.

Hay veces, que se hace el duro, que parece que hay cosas que no le importan, pero eso no es verdad, se preocupa mucho por la gente que quiere, tanto que sería capaz de mucho, por ver feliz a cada una de esas personas. Solo que a veces, es un poco despistado, y no cae en ciertos detalles que no se le deberían de olvidar.

Es una persona que respeta hasta el fin, esas cosas que son importantes para el. Las hace intocables, y si le llevas la contraria sobre alguna de ellas, podría llegar a enfadarse. Siempre dijo que no sabía llorar, pero las lágrimas más dolorosas son las que se quedan dentro. Así que que no llore, no significa, que no sienta.

Tiene dos pilares, de esos, que te hacen sentir grande y pequeño a la vez, dos pilares que le dan vida, que le dan felicidad, son sus hermanos, y no se los quites nunca, porque sin ellos, es realmente sin lo que no sabe vivir.

Por cierto, no le gusta el huevo frito. Y para mí, es de las mejores curiosidades que tiene Carlos.

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